martes, 9 de diciembre de 2008


Yo me engolosiné con la pesca de mar al mismo tiempo que con la de trucha, sobre 1953. Y hasta recuerdo que en mi primer lance con cucharilla desde la punta del espolón, en Suances, tuve la fortuna de enganchar una lubina de ración. Me habían dicho que la lubina era la trucha de mar y entraba a la cucharilla con la misma voracidad que ésta. El primer intento pareció confirmar esta afirmación, pero lo curioso es que aunque repetí el lanzamiento centenares de veces aquel verano, cambiando el color y el tamaño del artilugio, desde tierra y a la cacea, las lubinas no volvieron a sentirse estimuladas. No volví a agarrar una lubina con cucharilla. En lo sucesivo, pesqué a fondo, en la ría, con caña larga, cebo vivo y carrete grande, de mar.


Yo prefiero capturarlas en altura...en este caso en Batisielles.



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